Novalis

    Uno como el caos. Aforismos y fábulas


    2020, 48 pp.  

    isbn: 978-987-47103-6-9


    El 24 de febrero de 1798 Friedrich von Hardenberg (1772-1801), entonces estudiante de la Universidad de Freiberg, le ofreció al reconocido crítico y traductor August Schlegel (1767-1845) un manuscrito para su publicación en el primer número de la revista Athenaeum, pero añadió una condición: “Si usted quisiera hacer uso público de este manuscrito, le pediría que lo publique firmado bajo el seudónimo de Novalis, un antiguo nombre en mi familia, y no del todo inapropiado”.


    Lo novedoso de aquella primera colección de fragmentos fue, sobre todo, el intento de entrelazar temas filosóficos, religiosos, estéticos, científicos y políticos de manera tal que su lectura provoque una sensación de “relación universal”. Esta concepción –muy propia del pensamiento de Novalis y de lo “romántico” en él– fue el resultado de un nuevo ímpetu crítico originado con Kant, Fichte, Hemsterhuis, Eschenmayer, Ritter, Goethe y Schelling, así también como del impacto que provocó en él la muerte de su novia Sophie von Kühn y de su hermano Erasmus. 


    Los fragmentos y fábulas recopilados en Uno como el caos provienen de esos primeros manuscritos de Novalis, y son semillas de un razonamiento que permiten pensar su obra: la reflexión sistemática es incapaz de aprehender el sustrato absoluto de la existencia y sus infinitas formas de conectar al individuo con el Todo. Los textos buscan una revalorización de la imaginación y examen crítico de los conceptos de religión a la luz de la filosofía trascendental como del idealismo absoluto. “El auténtico sistema filosófico debe ser libre e infinito, o, para expresarlo poéticamente: la falta de sistema incorporada a un sistema. Sólo algo así puede evitar las fallas de este y caer en la injusticia o la anarquía”. 


    Novalis concibe sus textos como delicados acercamientos hacia una conversación, pequeñas “tareas”, estímulos fugaces y acertijos silenciosos. Para que no surja la ilusión de una respuesta clara, simple, se abstiene de estructurarlos temáticamente y escoge las paradojas. Se trata de una estética que pretende iluminar la interacción entre lo dado y lo propio, la creación producto del estímulo y el mundo:


    “La naturaleza y la comprensión de la naturaleza surgen al mismo tiempo, como la antigüedad y el conocimiento de la antigüedad; y es que uno está muy equivocado al creer que existe la antigüedad. Es sólo ahora que la antigüedad comienza a surgir. Surge de los ojos y del alma del artista. Los restos de la antigüedad son solo estímulos específicos hacia la formación de la antigüedad. La antigüedad no se hace con las manos. El espíritu la produce con los ojos”.

    Con esta visión-creadora, el artista “se convierte (científicamente hablando y con énfasis en la retrospectiva) en un ‘filólogo’ o (hablando sagradamente y con énfasis en la anticipación) en un ‘Lettemaugur’ [...], es más que un simple observador y vidente, es un observador creativo, un creador de visión, es el verdadero mago de la naturaleza”.


    Esta edición ha sido ilustrada por el artista tatuador Silvio Caveira, quien evoca el universo estético romántico y actualiza con su impronta el equilibrio de paisajes simbólicos, a la manera de ciertas creaciones de Philip Otto Runge y William Blake, en bolígrafo y papel. 

    Novalis - Uno como el caos

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    Novalis

    Uno como el caos. Aforismos y fábulas


    2020, 48 pp.  

    isbn: 978-987-47103-6-9


    El 24 de febrero de 1798 Friedrich von Hardenberg (1772-1801), entonces estudiante de la Universidad de Freiberg, le ofreció al reconocido crítico y traductor August Schlegel (1767-1845) un manuscrito para su publicación en el primer número de la revista Athenaeum, pero añadió una condición: “Si usted quisiera hacer uso público de este manuscrito, le pediría que lo publique firmado bajo el seudónimo de Novalis, un antiguo nombre en mi familia, y no del todo inapropiado”.


    Lo novedoso de aquella primera colección de fragmentos fue, sobre todo, el intento de entrelazar temas filosóficos, religiosos, estéticos, científicos y políticos de manera tal que su lectura provoque una sensación de “relación universal”. Esta concepción –muy propia del pensamiento de Novalis y de lo “romántico” en él– fue el resultado de un nuevo ímpetu crítico originado con Kant, Fichte, Hemsterhuis, Eschenmayer, Ritter, Goethe y Schelling, así también como del impacto que provocó en él la muerte de su novia Sophie von Kühn y de su hermano Erasmus. 


    Los fragmentos y fábulas recopilados en Uno como el caos provienen de esos primeros manuscritos de Novalis, y son semillas de un razonamiento que permiten pensar su obra: la reflexión sistemática es incapaz de aprehender el sustrato absoluto de la existencia y sus infinitas formas de conectar al individuo con el Todo. Los textos buscan una revalorización de la imaginación y examen crítico de los conceptos de religión a la luz de la filosofía trascendental como del idealismo absoluto. “El auténtico sistema filosófico debe ser libre e infinito, o, para expresarlo poéticamente: la falta de sistema incorporada a un sistema. Sólo algo así puede evitar las fallas de este y caer en la injusticia o la anarquía”. 


    Novalis concibe sus textos como delicados acercamientos hacia una conversación, pequeñas “tareas”, estímulos fugaces y acertijos silenciosos. Para que no surja la ilusión de una respuesta clara, simple, se abstiene de estructurarlos temáticamente y escoge las paradojas. Se trata de una estética que pretende iluminar la interacción entre lo dado y lo propio, la creación producto del estímulo y el mundo:


    “La naturaleza y la comprensión de la naturaleza surgen al mismo tiempo, como la antigüedad y el conocimiento de la antigüedad; y es que uno está muy equivocado al creer que existe la antigüedad. Es sólo ahora que la antigüedad comienza a surgir. Surge de los ojos y del alma del artista. Los restos de la antigüedad son solo estímulos específicos hacia la formación de la antigüedad. La antigüedad no se hace con las manos. El espíritu la produce con los ojos”.

    Con esta visión-creadora, el artista “se convierte (científicamente hablando y con énfasis en la retrospectiva) en un ‘filólogo’ o (hablando sagradamente y con énfasis en la anticipación) en un ‘Lettemaugur’ [...], es más que un simple observador y vidente, es un observador creativo, un creador de visión, es el verdadero mago de la naturaleza”.


    Esta edición ha sido ilustrada por el artista tatuador Silvio Caveira, quien evoca el universo estético romántico y actualiza con su impronta el equilibrio de paisajes simbólicos, a la manera de ciertas creaciones de Philip Otto Runge y William Blake, en bolígrafo y papel. 

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