Bauhausbücher I
2018, 96 pp.
isbn-artesanal: 978-987-46505-5-9
isbn-epub: 978-987-47682-0-9
Moholy-Nagy creía que la educación artística era de fundamental importancia, razón por la cual, a pedido de Walter Gropius, trabajó como docente en la Bauhaus en Weimar (1923-1925), en Dessau (1925-1928) y en Chicago, donde se estableció a partir de 1937. Para Moholy-Nagy, enseñar no solo significaba educar de forma teórico-práctica, sino también abarcaba la formación moral del ser humano: la educación como medio para allanar el camino para el "hombre nuevo y total".
En Pintura, fotografía y cine, Moholy-Nagy postula una de las teorías más importantes e innovadoras sobre la fotografía y su potencial para cambiar la visión y la comunicación. En sus doce ensayos, no sólo argumenta a favor de la fotografía como un medio de creación, en lugar de un proceso mecánico de grabación, sino también afirma que ella será la base de la percepción en el mundo moderno.
Para el autor, el ojo humano no puede ser una fuente confiable de percepción, pues está incapacitado para la interacción directa con el ritmo y la simultaneidad del mundo moderno. La fotografía genera una nueva condición de percepción: más allá de la mera reproducción, es un modelo perceptual que induce sensaciones y estímulos particulares. Moholy-Nagy define la fotografía como un medio productivo que expande lo visible y conduce a una transformación de la percepción humana.
"A través de conexiones formales y espaciales –escribe– nuestro ojo completa el mensaje recibido y crea un fenómeno óptico con nuestra experiencia intelectual para crear un concepto-imagen [Vorstellungsbild], mientras que el aparato fotográfico reproduce la imagen puramente óptica y, por lo tanto, muestra grabaciones, distorsiones, recortes, que se conservan en la visión".
Pese a su insistencia en la "imagen puramente óptica", la discusión sobre la fotografía no se limita a los efectos y formas ópticas. Su insistencia en la pureza tiene que ver con aislar la fotografía de nuestro instinto para asimilar lo que percibimos a través de la memoria.
Por otro lado, Moholy-Nagy considera la serialidad como una de las características esenciales de la práctica fotográfica. Se opone al concepto de "aura", contrario a la reproducción ad infinitum de la fotografía, anticipándose a la tesis de Walter Benjamin.
2018, 16 pp.
László Moholy-Nagy (1895 -1946) se desempeñó como maestro en la Bauhaus Weimar (1919-1925) y Dessau (1925-1932). En 1934, emigró a los Estados Unidos donde fundó y dirigió la New Bauhaus (IIT Institute of Design, Chicago). Su labor artística y profesional estuvo siempre orientada a la unificación de las artes, así como a usar y redefinir sus puntos de encuentro. Trabajó sobre todo en fotografía, pero también en escultura, arquitectura, pintura y tipografía. Al igual que muchos de sus contemporáneos, Moholy-Nagy estaba interesado en la ciudad –su movimiento, sus multitudes, sus dimensiones– como símbolo de un nuevo enfoque óptico (el del cine, el de la publicidad luminosa, el de la simultaneidad de estímulos sensoriales), del Gesamtkunstwerk. En 1920, después de visitar por primera vez Berlín, comenzó a trabajar en un guión cinematográfico que fuera capaz de capturar la realidad de la ciudad. No fue hasta 1925 que publicó, junto al ensayo Pintura, Fotografía, Cine (Buchwald, 2018), Dinámica de la gran ciudad. Se trata de una tipofoto, concepto acuñado por él mismo, que “regula el nuevo ritmo de la nueva literatura visual”.
La película de Moholy-Nagy nunca se realizó por cuestiones financieras y estéticas.
“El boceto de Dinámica de la gran ciudad fue escrito en los años 1921 y 1922. Mi intención era hacer la película con mi amigo Carl Koch (...). Lamentablemente, hasta la fecha, esto no ha sido posible; su instituto de cine no ha tenido el dinero suficiente para el proyecto. Estudios más grandes como la UFA no quisieron embarcarse en tan estrafalario proyecto; al resto de la gente de cine les pareció una buena idea, pero como no podían encontrarle la trama, lo rechazaron”.
Bauhausbücher I
2018, 96 pp.
isbn-artesanal: 978-987-46505-5-9
isbn-epub: 978-987-47682-0-9
Moholy-Nagy creía que la educación artística era de fundamental importancia, razón por la cual, a pedido de Walter Gropius, trabajó como docente en la Bauhaus en Weimar (1923-1925), en Dessau (1925-1928) y en Chicago, donde se estableció a partir de 1937. Para Moholy-Nagy, enseñar no solo significaba educar de forma teórico-práctica, sino también abarcaba la formación moral del ser humano: la educación como medio para allanar el camino para el "hombre nuevo y total".
En Pintura, fotografía y cine, Moholy-Nagy postula una de las teorías más importantes e innovadoras sobre la fotografía y su potencial para cambiar la visión y la comunicación. En sus doce ensayos, no sólo argumenta a favor de la fotografía como un medio de creación, en lugar de un proceso mecánico de grabación, sino también afirma que ella será la base de la percepción en el mundo moderno.
Para el autor, el ojo humano no puede ser una fuente confiable de percepción, pues está incapacitado para la interacción directa con el ritmo y la simultaneidad del mundo moderno. La fotografía genera una nueva condición de percepción: más allá de la mera reproducción, es un modelo perceptual que induce sensaciones y estímulos particulares. Moholy-Nagy define la fotografía como un medio productivo que expande lo visible y conduce a una transformación de la percepción humana.
"A través de conexiones formales y espaciales –escribe– nuestro ojo completa el mensaje recibido y crea un fenómeno óptico con nuestra experiencia intelectual para crear un concepto-imagen [Vorstellungsbild], mientras que el aparato fotográfico reproduce la imagen puramente óptica y, por lo tanto, muestra grabaciones, distorsiones, recortes, que se conservan en la visión".
Pese a su insistencia en la "imagen puramente óptica", la discusión sobre la fotografía no se limita a los efectos y formas ópticas. Su insistencia en la pureza tiene que ver con aislar la fotografía de nuestro instinto para asimilar lo que percibimos a través de la memoria.
Por otro lado, Moholy-Nagy considera la serialidad como una de las características esenciales de la práctica fotográfica. Se opone al concepto de "aura", contrario a la reproducción ad infinitum de la fotografía, anticipándose a la tesis de Walter Benjamin.
2018, 16 pp.
László Moholy-Nagy (1895 -1946) se desempeñó como maestro en la Bauhaus Weimar (1919-1925) y Dessau (1925-1932). En 1934, emigró a los Estados Unidos donde fundó y dirigió la New Bauhaus (IIT Institute of Design, Chicago). Su labor artística y profesional estuvo siempre orientada a la unificación de las artes, así como a usar y redefinir sus puntos de encuentro. Trabajó sobre todo en fotografía, pero también en escultura, arquitectura, pintura y tipografía. Al igual que muchos de sus contemporáneos, Moholy-Nagy estaba interesado en la ciudad –su movimiento, sus multitudes, sus dimensiones– como símbolo de un nuevo enfoque óptico (el del cine, el de la publicidad luminosa, el de la simultaneidad de estímulos sensoriales), del Gesamtkunstwerk. En 1920, después de visitar por primera vez Berlín, comenzó a trabajar en un guión cinematográfico que fuera capaz de capturar la realidad de la ciudad. No fue hasta 1925 que publicó, junto al ensayo Pintura, Fotografía, Cine (Buchwald, 2018), Dinámica de la gran ciudad. Se trata de una tipofoto, concepto acuñado por él mismo, que “regula el nuevo ritmo de la nueva literatura visual”.
La película de Moholy-Nagy nunca se realizó por cuestiones financieras y estéticas.
“El boceto de Dinámica de la gran ciudad fue escrito en los años 1921 y 1922. Mi intención era hacer la película con mi amigo Carl Koch (...). Lamentablemente, hasta la fecha, esto no ha sido posible; su instituto de cine no ha tenido el dinero suficiente para el proyecto. Estudios más grandes como la UFA no quisieron embarcarse en tan estrafalario proyecto; al resto de la gente de cine les pareció una buena idea, pero como no podían encontrarle la trama, lo rechazaron”.