Bauhausbücher III
2019, 96 pp.
isbn-artesanal: 978-987-47103-1-4
isbn-epub: 978-987-47103-8-3
Apuntes pedagógicos (1925) comienza con un punto que se pone en movimiento. Luego, se convierte en línea, en superficie, en espacio. Para Klee, el punto es un tipo de energía que da origen a la forma y, en cuanto tal, es parte de la naturaleza. Sin embrago, el interés no está puesto en la forma o la mímesis artística en sí mismas, sino en develar cómo esa energía se transforma e interactúa en un todo de “independencia relativa”: la naturaleza, así como la obra de arte, representa un todo compuesto por diferentes elementos, a los que, en este libro, el autor le asigna una dimensión a cada uno: I. Línea y estructura, II. Dimensión y balance, III. Curva gravitacional, IV. Color y termodinámica. En este sentido, naturaleza y obra de arte serán multidimensionales.
Pero además, esta multidimensionalidad de la naturaleza y la obra de arte está influenciada por dos ámbitos de la realidad: la tierra, caracterizada por problemas de equilibrio estático y gravedad; y el área dinámica del mundo, pura debido a su deseo de desprenderse de la esclavitud terrenal, de flotar y volar. En palabras suyas: “Saber que donde hay un comienzo, jamás habrá infinitud. Consuelo: ¡algo más allá de lo habitual! ¿Será posible? Sean flechas aladas para que acierten aún cuando se cansen o fracasen”. Si la naturaleza es tierra, la obra de arte no tiene por qué serlo.
Se trata de un texto desde y no sobre el arte. Klee no pretende desarrollar una teoría general de la forma, sino proporcionar un punteo de aquello que considera, a partir de su experiencia como artista gráfico y docente, su proceso creativo: génesis (tanto en la producción como en la recepción), equilibrio, ritmo, movimiento y construcción.
Bauhausbücher III
2019, 96 pp.
isbn-artesanal: 978-987-47103-1-4
isbn-epub: 978-987-47103-8-3
Apuntes pedagógicos (1925) comienza con un punto que se pone en movimiento. Luego, se convierte en línea, en superficie, en espacio. Para Klee, el punto es un tipo de energía que da origen a la forma y, en cuanto tal, es parte de la naturaleza. Sin embrago, el interés no está puesto en la forma o la mímesis artística en sí mismas, sino en develar cómo esa energía se transforma e interactúa en un todo de “independencia relativa”: la naturaleza, así como la obra de arte, representa un todo compuesto por diferentes elementos, a los que, en este libro, el autor le asigna una dimensión a cada uno: I. Línea y estructura, II. Dimensión y balance, III. Curva gravitacional, IV. Color y termodinámica. En este sentido, naturaleza y obra de arte serán multidimensionales.
Pero además, esta multidimensionalidad de la naturaleza y la obra de arte está influenciada por dos ámbitos de la realidad: la tierra, caracterizada por problemas de equilibrio estático y gravedad; y el área dinámica del mundo, pura debido a su deseo de desprenderse de la esclavitud terrenal, de flotar y volar. En palabras suyas: “Saber que donde hay un comienzo, jamás habrá infinitud. Consuelo: ¡algo más allá de lo habitual! ¿Será posible? Sean flechas aladas para que acierten aún cuando se cansen o fracasen”. Si la naturaleza es tierra, la obra de arte no tiene por qué serlo.
Se trata de un texto desde y no sobre el arte. Klee no pretende desarrollar una teoría general de la forma, sino proporcionar un punteo de aquello que considera, a partir de su experiencia como artista gráfico y docente, su proceso creativo: génesis (tanto en la producción como en la recepción), equilibrio, ritmo, movimiento y construcción.