2022, 128 pp.
isbn: 978-987-47682-9-2
Siempre las encuentro entre abril y mayo en el pasto, cerca de los ranúnculos amarillos o, como aquí se les dice, florcitas de manteca, porque les gusta comérselas. Si no encuentran esas flores, comen acedera, ortigas, diente de león o grosella espinosa. Pero apenas encuentran su flor favorita, no dejan una en pie. Estas orugas son negras y sobre su cuerpo tienen pelitos negros y amarillos (...).
Maria Sibylla Merian (1674-1717) puso el ranúnculo dulce en el medio de la página. Dibujó con extrema precisión los matices de color de sus hojas finamente dentadas, coloreó sus capullos abiertos y también dibujó flores y tallos ya descoloridos. Aun así, la planta ni siquiera es lo principal del cuadro, sino el insecto que, en sus distintas etapas de transformación, se ve a su alrededor. La escena está compuesta por una polilla que, con sus espléndidas alas abiertas, se acerca a la flor; un capullo que cuelga de una hoja más baja y una oruga negra que se arrastra por el suelo junto a numerosos huevos amarillos.
En 1679, esta representación fue revolucionaria. En lugar de pintar orugas junto a orugas y polillas junto a polillas, como lo hacían sus colegas académicos, Maria Sibylla Merian dibujaba a estos insectos, que tanto admiraba, en todas sus manifestaciones de vida y como parte de la planta que los hospedaba. Como dice Emanuele Coccia: “Para pintar la metamorfosis, dibuja una especie de álbum diacrónico, que hace del viviente mismo un mundo (...). La metamorfosis es la diseminación de una vida en los mundos y en las formas que ella reúne en un cuadro unitario (...). No se habita un territorio. Anatomía y geografía coinciden”.
Sobre la maravillosa transformación de las orugas y extraña alimentación floral (1679), su primer libro, fue ilustrado y editado por ella misma. El texto que acompaña a las imágenes no lo redactó en el idioma académico oficial de la época, el latín; sino en alemán, para que más personas puedan acceder a leerlo. También en esto fue revolucionaria.
Esta edición de Buchwald ha sido traducida directamente del texto original, escrito en gótica (Fraktur). Asimismo, realizamos dos versiones: una especial, con los grabados a color, y otra en blanco y negro, como la misma Sibylla ofrecía a sus lectores.
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2022, 128 pp.
isbn: 978-987-47682-9-2
Siempre las encuentro entre abril y mayo en el pasto, cerca de los ranúnculos amarillos o, como aquí se les dice, florcitas de manteca, porque les gusta comérselas. Si no encuentran esas flores, comen acedera, ortigas, diente de león o grosella espinosa. Pero apenas encuentran su flor favorita, no dejan una en pie. Estas orugas son negras y sobre su cuerpo tienen pelitos negros y amarillos (...).
Maria Sibylla Merian (1674-1717) puso el ranúnculo dulce en el medio de la página. Dibujó con extrema precisión los matices de color de sus hojas finamente dentadas, coloreó sus capullos abiertos y también dibujó flores y tallos ya descoloridos. Aun así, la planta ni siquiera es lo principal del cuadro, sino el insecto que, en sus distintas etapas de transformación, se ve a su alrededor. La escena está compuesta por una polilla que, con sus espléndidas alas abiertas, se acerca a la flor; un capullo que cuelga de una hoja más baja y una oruga negra que se arrastra por el suelo junto a numerosos huevos amarillos.
En 1679, esta representación fue revolucionaria. En lugar de pintar orugas junto a orugas y polillas junto a polillas, como lo hacían sus colegas académicos, Maria Sibylla Merian dibujaba a estos insectos, que tanto admiraba, en todas sus manifestaciones de vida y como parte de la planta que los hospedaba. Como dice Emanuele Coccia: “Para pintar la metamorfosis, dibuja una especie de álbum diacrónico, que hace del viviente mismo un mundo (...). La metamorfosis es la diseminación de una vida en los mundos y en las formas que ella reúne en un cuadro unitario (...). No se habita un territorio. Anatomía y geografía coinciden”.
Sobre la maravillosa transformación de las orugas y extraña alimentación floral (1679), su primer libro, fue ilustrado y editado por ella misma. El texto que acompaña a las imágenes no lo redactó en el idioma académico oficial de la época, el latín; sino en alemán, para que más personas puedan acceder a leerlo. También en esto fue revolucionaria.
Esta edición de Buchwald ha sido traducida directamente del texto original, escrito en gótica (Fraktur). Asimismo, realizamos dos versiones: una especial, con los grabados a color, y otra en blanco y negro, como la misma Sibylla ofrecía a sus lectores.
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