Oskar Kokoschka
Los chicos que sueñan
11,5x18 cm horizontal
10 páginas.
En 1907, la Wiener Werkstätte encargó al pintor y artista gráfico austríaco Oskar Kokoschka un libro para niñas y niños. Primero escribió un texto que trataba sobre el primer amor, el periodo entre la infancia y la adultez, y la añoranza por el extranjero, temas que le preocupaban en aquel momento. Luego ilustró su historia con litografías a color. El resultado, que llevó como título Los chicos que sueñan, no cumplió en absoluto con las expectativas que la Wiener Werkstätte tenía de un libro infantil. Sin embargo, se tomó la decisión de imprimir la obra en una tirada de 500 ejemplares. Las ventas fueron malas, por lo que, en 1917, la editorial Kurt Wolff de Leipzig compró los 275 ejemplares que quedaban y los puso en el mercado.
Los chicos que sueñan cuenta con un prólogo y siete sueños. Las ilustraciones pueden enmarcarse en un momento de transición entre el jugendstil y el expresionismo. En el contexto austriaco, el libro es considerado como uno de los hitos fundacionales del expresionismo.
Oskar Kokoschka
Los chicos que sueñan
11,5x18 cm horizontal
10 páginas.
En 1907, la Wiener Werkstätte encargó al pintor y artista gráfico austríaco Oskar Kokoschka un libro para niñas y niños. Primero escribió un texto que trataba sobre el primer amor, el periodo entre la infancia y la adultez, y la añoranza por el extranjero, temas que le preocupaban en aquel momento. Luego ilustró su historia con litografías a color. El resultado, que llevó como título Los chicos que sueñan, no cumplió en absoluto con las expectativas que la Wiener Werkstätte tenía de un libro infantil. Sin embargo, se tomó la decisión de imprimir la obra en una tirada de 500 ejemplares. Las ventas fueron malas, por lo que, en 1917, la editorial Kurt Wolff de Leipzig compró los 275 ejemplares que quedaban y los puso en el mercado.
Los chicos que sueñan cuenta con un prólogo y siete sueños. Las ilustraciones pueden enmarcarse en un momento de transición entre el jugendstil y el expresionismo. En el contexto austriaco, el libro es considerado como uno de los hitos fundacionales del expresionismo.